
En mi casa, los avances tecnológicos siempre
llegaban varios años más tarde que en el resto de hogares. Vimos durante muños
años Telecinco y sus mamachichos con “hormiguitas catódicas”. Mi primera
consola de videojuegos fue la Sega Master System II, cuando ya existía Play
Station, el ordenador llegó a casa con Windows 95 y nuestro primer VHS llegó en
el año 1985.
En aquélla época vivíamos en un pequeño pueblo de la provincia de Zaragoza, donde sólo había un lugar donde alquilar películas y sólo habían 6 o 7. Una de ellas era King Kong (versión antigua, of course), dos más eran documentales acerca de la pesca con mosca, y otra era de dibujos de Super Ratón. Así que mis comienzos con el celuloide fueron un tanto dubitativos. Gracias a dios nos trasladamos a otro lugar con más variedad, un pueblo con dos videoclubs repletitos de nuevas experiencias en baja resolución.
En aquélla época vivíamos en un pequeño pueblo de la provincia de Zaragoza, donde sólo había un lugar donde alquilar películas y sólo habían 6 o 7. Una de ellas era King Kong (versión antigua, of course), dos más eran documentales acerca de la pesca con mosca, y otra era de dibujos de Super Ratón. Así que mis comienzos con el celuloide fueron un tanto dubitativos. Gracias a dios nos trasladamos a otro lugar con más variedad, un pueblo con dos videoclubs repletitos de nuevas experiencias en baja resolución.
De este despertar cinéfilo debo mi amor por el séptimo arte. Gracias
a los grandes clásicos que alquilamos en estos primeros años soy el hombre que
soy hoy en día. A continuación voy a hacer un homenaje al cine de aquélla época
(aunque no todas fueron filmadas en los 80).
Se puede decir que alquilábamos películas por segmentos y
modas, algunas de mis favoritas fueron las películas de Bud Spencer y Terence Hill:
Estoy con los hipopótamos; Aladin; Pies Grandes; También los Ángeles comen judias; Dos superpolicias en Miami; Banana Joe; Y si no nos enfadamos; Le llamaban Trinidad;
Supercop; Le seguían llamando Trinidad… y muchas otras de cuyo nombre no me
acuerdo.
Todas ellas con un factor
común: los mamporrazos que estos dos repartían a diestro y siniestro, hacían
del golpe a puño cerrado en la base del cráneo, algo poético y cargado de
significado, llamado el "Budspencerdazo" en honor de su creador, Bud Specer. Recordad amigos, a ese tipo canijo que siempre pegaba por la espalda (con un palo, una silla, una botella, etc), al que Buddie siempre decía “estate quieto” para posteriormente darle un lechugazo antológico… era su forma de expresar la alegría de estar vivo.

"observar las aves" en una selva amazónica. Un pensamiento: quizá depredador era el bueno dela peli); Terminator (que os voy a contar que no sepáis ya de esta cinta); Terminator 2 (la primera película que vi en un cine de verdad) Perseguido (basada en una relato de Stephen King, con Dynamo cantando ópera mientras asesinaba a los Running Men); Connan, Desafío Total , Danko Calor Rojo (Cocaino) y Los gemelos golpean dos veces, esta última seguro que le recordáis de las excursiones del cole, ya que siempre, siempre, siempre la ponían en el autobús.
Hubo una época en la que alquilábamos todo lo que sonara a kung fu o kárate, fueron tantas que cuando me apunté a una escuela de kárate me dieron directamente el cinturón negro… bueno, eso nunca pasó, pero estoy convencido que estoy capacitado para vencer a cualquier académico de las artes marciales. Hago hasta los ruiditos en mis movimientos… fuuu, fuuu… Mis favoritas de aquella época fueron las pelis de Bruce Lee, Jackie Chan, Jean Claude van Damme, Chuck Norris, Michael Dudikoff. ¡Jope!, los niños de entonces nos pasábamos los recreos (quien los tuviere, ya que yo soy conocido en el pueblo como “aquel que no vio la luz del recreo en un curso”, pero eso, ya es otra historia) dándonos trompazos y al salir de clase, nos metíamos las perneras de los pantalones por debajo de los calcetines y nos íbamos a los parques y bancales a jugar a los ninjas, ¿qué digo jugar? a ser unos auténticos ninjas, armados con cañas forradas con cinta adhesiva para simular el mango, con nuestras estrellas ninjas caseras y un pañuelo para ocultar nuestra identidad… cosa imposible, porque éramos conocidos por todo el pueblo …
“los panolis karatekas” nos llamaban,

ya que el grupo no estaba compuesto por precisamente lo más selecto del cole, pero nos lo pasábamos pipa y seguro que todos los “guays” hubiesen dejado a sus chicas y se hubiesen venido con nosotros a corretear entre los naranjos si no fuese porque se ensuciarían sus Nike y sus Levi's, cosa que a un ninja no le preocupa en absoluto, en parte por nuestro adiestramiento y en parte a que ninguno de nosotros tenía unos Nike ni unos Levi's, en cuyo caso hubiéramos sido molones y hubiéramos estado enrollándonos con nuestras novias en vez de hacer el gilipollas por el campo.



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Las pelis policiacas también nos pirraban, Superdetective en Hollywood fue memorable, Axel Folley echándole morro en Los Angles unido a sus dos compañeros, un policía recto y antiguo y un lechugino novato.
Arma Letal, al igual que la anteriormente
mencionada, fueron grandes ejemplos del cine de acción de la época: balas,
chistes, chicas guapas, malos conspiradores intocables, más chistes y
un gran final con muchas explosiones y cigarrillos para todos para celebrarlo.

Tango y Cash era una de mis favoritas, con Silvester Stallone (Tango) como gran estrella y con un Kurt Russell (Cash) en estado de gracia, y es que hubo un tiempo en el que Kurt Russell, Timothy Hutton y Dennis Quaid eran unas superestrellas. Sí, lo sé, no me creéis, pero en aquella época eran el no va más, protagonistas de peliculazas como Gran golpe a la pequeña China, Gente Corriente (que le valió un oscar a Hutton), La cosa, Turk 182, 1997 Rescate en Nueva York (John Carpenter pensaba que iban a pasar muchas cosas desde el 81 al 97), El juego del halcón, Elegidos para la gloria, El chip prodigioso, TAPS mas allá del honor, Cavernícola , Enemigo mío, etc.

Pero si hubo unas estrellas rutilantes de aquella época fueron los Coreys, a saber, Corey Haim y Corey Feldman. Vivieron deprisa y murieron jóvenes (Haim físicamente y Feldman profesionalmente). Estos dos colmaron las estanterías de los videoclubs, Jóvenes Prodigiosos (Ambos), Papa Cadillac (Ambos), Cuenta conmigo (Feldman), Lucas (Haim), Los Goonies (Feldman), Una chica de ensueño (Ambos), Admiradora secreta (Haim), No matarás al vecino (Feldman), Los Gremlins (Feldman), Viernes trece (Feldman), Los albóndigas (Feldman),…
Otra superstar fue Michael J. Fox, que se merece un capítulo aparte. Claro dominador del entretenimiento juvenil de los 80. La saga Regreso al futuro es sublime. El secreto de mi éxito en la que se trincaba a su tía, Doc Hollywood que es como Cars pero con personajes reales, Colegas a la fuerza una de polis; Teen Wolf...
Esta película es una de mis favoritas de la época. Un hombre lobo con hombreras y pelos cardados. En los 80 estaban de moda los tíos peludos y los bigotazos, los pre-púber que veíamos esta película estábamos deseando que nos salieran los primeros pelillos para molar tanto como Scott Howard, pero después cambiaron los cánones de belleza y lo que era molón dejó de serlo, los pelillos deseados se convirtieron en una pradera basta y salvaje que cubría espalda, hombros, pecho, piernas… tan sólo estaban libre las plantas de los pies y manos y la frente. Éramos Teen Wolf en los 90 pero sin ser héroes del baloncesto ni ligarnos a las mas guapas del insti, un drama.

Después llegaron las “El balneario de Battle Crick”, “El inspector Gadchet” y otros rollos patateros que dieron al traste con su carrera.
Estas películas son la que nos han marcado la infancia y la adolescencia, sus protagonistas eran nuestros ídolos y las chicas, nuestras primeras novias, odiábamos con todo nuestro corazón a los malos y nos partíamos con el amigo gracioso. Gracias a ellas, queríamos ser policías astronautas o karatekas. No nos basábamos en cuantos Oscars tuviese una película, sino en la carátula y en la descripción de la contraportada. Nos daban igual los actores, no nos importaba quién fuese el director (posteriormente nos hemos llevado gratas sorpresas, y no tan gratas). El olor de un VHS no tiene nada que ver con el de un DVD. Hasta echo de menos el tener que rebobinar una cinta para devolverla al videoclub.
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