TE LO CAMBIO
Corría el año 1990, el día "D" señalado para la apertura de nuestras huchas infantiles, las cuales habían ido incrementándose a lo largo de muchos años, cada durillo ahorrado iba a parar a ella, cada regalo de padrinos, abuelas, etc, amén de lo que mis padres iban destinando, con grandes esfuerzos... ahorros para la universidad, a lo americano, toma ya!. Había llegado el tan ansiado día de contar la fortuna familiar, mi hermano mayor no cabía en si de gozo, los pequeños esperaban expectantes con ojos ilusionados para ver la mayor cantidad de dinero que jamás soñaron, pero yo no estaba tan feliz por el acontecimiento, taciturno y cabicuezo vi como mi padre, armado con el abrelatas destapaba la primera de las huchas y recontaba los ahorros de mi hermano (el hormiga): Unos cuantos billetes, unas pocas monedas de 200 ptas, muchas de 20 duros, muchísimas de 5 duros e incontables monedas de duro. El recuento final, alrededor de 5.000 pesetas, una fortunaza. Cuando llegó mi turno, a mi padre le sorprendió la diferencia de peso entre una y otra, una vez abierta llamaba la atención la ausencia de billetes (para ser realista, alguno había), las pocas monedas grandes (100 y 200 ptas) encontradas... todo el peso de la hucha era atribuible a las monedas de duro y de peseta.
Corría el año 1990, el día "D" señalado para la apertura de nuestras huchas infantiles, las cuales habían ido incrementándose a lo largo de muchos años, cada durillo ahorrado iba a parar a ella, cada regalo de padrinos, abuelas, etc, amén de lo que mis padres iban destinando, con grandes esfuerzos... ahorros para la universidad, a lo americano, toma ya!. Había llegado el tan ansiado día de contar la fortuna familiar, mi hermano mayor no cabía en si de gozo, los pequeños esperaban expectantes con ojos ilusionados para ver la mayor cantidad de dinero que jamás soñaron, pero yo no estaba tan feliz por el acontecimiento, taciturno y cabicuezo vi como mi padre, armado con el abrelatas destapaba la primera de las huchas y recontaba los ahorros de mi hermano (el hormiga): Unos cuantos billetes, unas pocas monedas de 200 ptas, muchas de 20 duros, muchísimas de 5 duros e incontables monedas de duro. El recuento final, alrededor de 5.000 pesetas, una fortunaza. Cuando llegó mi turno, a mi padre le sorprendió la diferencia de peso entre una y otra, una vez abierta llamaba la atención la ausencia de billetes (para ser realista, alguno había), las pocas monedas grandes (100 y 200 ptas) encontradas... todo el peso de la hucha era atribuible a las monedas de duro y de peseta.
- ¿Que es lo que pasa aquí? ¿sólo 1.000 pesetas?
las miradas se centraron en mi persona, inquisitivas y acusadoras, así que no tuve mas remedio que... mentir por supuesto.
- ¿quién me ha quitado mi dinero? buahh, buahh
Lloré desconsoladamente, pero a nadie engañé, pues mi madre sabía de mis idas y venidas para abastecerme de fondos de mi huchita (con un palillo no había moneda que se resistiera), también era conocedora (pues a una madre nada se le escapa) de mis vicios y adicciones, no me enorgullece reconocerlo pero yo por aquellos tiempos era un adicto a los pastelitos y bollycaos, también era adicto a las maquinas recreativas y por último era adicto a los coleccionables, y en esas aficiones despilfarré gran parte de mis fondos para la universidad. Pero si no hubiesen existido aquellos años de coqueteo con la delincuencia juvenil y la desobediencia, años en los que los castigos eran el pan nuestro de cada día, no podría contaros estas magníficas experiencias.
De colecciones trata este, mi nuevo texto, y es que no se a vosotros, pero a mí siempre me han pirrado. ¿os acordáis de esos recreos en los que los niños nos juntábamos en corrillos para intercambiar los cromos:
- Lo tengo, lo tengo, lo tengo, lo tengo, lo tengo...
Los cromos bailaban con una velocidad pasmosa en las manos de nuestros amigos y nuestra entrenada vista procesaba las imágenes a la velocidad de la luz, y de repente...
- NO LO TENGO!!! ¿ME LO CAMBIAS?
Haciendo memoria, la primera colección que recuerdo fue la de "La vuelta al mundo de Willy Fog", que regalaban con los Danone. Es la única colección que recuerdo haber completado, es lo bueno de ser familia numerosa:
5 niños tragando Danones a diario x 7 días a la semana x 4 semanas al mes x 12 meses al año = UNIVERSIDAD EN HARVARD PARA LOS HIJOS DEL SEÑOR DANONE.
Así, que esta colección fue rápida de completar, y es la que recuerdo con mayor cariño.
Yoplait, eterno rival de Danone, contra atacó con una colección similar, basada en otra serie infantil de éxito, "El Inspector Gadget".
Yoplait, eterno rival de Danone, contra atacó con una colección similar, basada en otra serie infantil de éxito, "El Inspector Gadget".
La siguiente que recuerdo haber intentado completar fue la de "A todo Gas", esa de las marcas de coches, motos, neumáticos, petroleras y hasta compañías aéreas. Los cromos eran pegatinas alargadas con el logo de la marca y su nombre, nada más.".
Pero, ¿por qué fue un éxito?. Realmente es fácil de entender, ya que si completabas el álbum, te obsequiaban con una maquinita de videojuego, que era el regalo más ansiado para cualquier niño de la época. Pero como siempre, tenías cincuenta mil MOTO GUZZIS, diez mil MASERATIS, cinco mil NORTON, pero no había dios que tuviera el puto cromo de FERRARI, y es que sospecho que nunca existió. En internet he sido incapaz de localizar una foto del mismo y yo he encontrado en la red el famoso vídeo de Ricky Martin y la nocilla (bueno, ese no, pero el de Pedro J. sí lo he visto).
Otra colección que recuerdo de aquella época fue la de "Supermonstruos". Unos cromos sobre monstruos serie B que nadie conocía, se auto promocionaba como "la colección mas horrorosa del mundo" y era cierto, por que era terrible en todos los sentidos. Como la de "A todo Gas", anteriormente mencionada, también captaba a los peques con la promesa de un regalo si completabas el álbum, en este caso era un monopatín, regalo #2 superfavorito para los niños de entonces. El Ferrari de esta colección, era un monstruo llamado Tigorr... muy conocido en su casa a la hora de cenar, ya que como muchos de los demás "supermonstruos" no los conocía ni dios: El Doctor Infierno, el chupacerebros, el descarnao, Horriplus, el amargao, el pirata cobra, Reptiplus... y otros nombres super molones.
Hubo otra colección que casi consigo terminar, la de "coches de Motor 16", tenía un taco de cromos así de grande...
... pero la cambié entera por este cromo:
Fijaos otra vez, como Ferrari siempre fue el mas difícil de todas las colecciones de coches, yo se lo cambié a un niño llamado Javier M., siempre recordaré su nombre por lo profundamente ilusionado que me sentí inmediatamente después de hacer el canje de todos mis cromos por el GTB Turbo. Va a ser la primera vez que reconozca lo que hice ese mismo día con mi joya recién adquirida... pensareis que fui a hacerme fotos con el cromo, o que me casé con él, o quizá que lo escondí en una caja fuerte y lo enterré para enseñárselo a mis hijos... pues no, la verdad innegable y terrible es que diez minutos después del cambio, la ilusión pasó a ser una decepción, me dí cuenta de la gilipollez que acababa de hacer, quemé el cromo y le dije a mi familia que había perdido mi colección. Pero bueno, la recuerdo como si nunca me hubiese desprendido de ella.
Los niños mirábamos los prototipos experimentales e imaginábamos como sería el año 2000. Realmente poco cambió y esos vehículos experimentales se quedaron en eso, imaginaros ser los orgullosos poseedores del Pontiac Pursuit (que por lo visto debe significar supositorio en ingles) ese de la foto.
"La Pandilla basura" a buen seguro estaría prohibida a fecha de hoy, de un gusto terrible y una calidad extraordinaria, ya que todo iba de niños mutilados o en situaciones altamente grotescas, aunque mondábamos de risa con la trabajada rima de los nombres de los protas. Siempre quedarán en nuestra memoria, Bonito Agapito, Rosana la Marrana o Cabezas Mil Martín.
La inflación subía a principios de los 90, la guerra del golfo pérsico y la consecuente crisis energética provocó inevitablemente que la capacidad adquisitiva de los niños de los noventa bajara y ya no pudiésemos adquirir colecciones caras como la lujosa "La pandilla Basura", que costaba unos 10 duros cada sobre. Así que en tiempos de crisis, colecciones baratas, y la mas barata era la de "Billetes del mundo", era un super-mega-rollo-macabeo, pero costaba 1 duro cada sobre, así que la hicimos. Como su propio nombre indica, iba de billetes... en fin, nada mas que decir al respecto
Hubo otras, que no fueron exactamente cromos, pero que eran muy coleccionables. Por ejemplo, las pegatinas de V que venían con la Teleindiscreta...
... los llaveros supermolones de Yoplait ...
... los queridos Toi (no había sentimiento humano que no pudiese expresarse con un Toi)...
... las figuritas de deportistas (mini argan boys) que regalaban con el Cola Cao allá por el año 1984
"Dragon Ball Z" cromos de la serie que nos mantenía a todos enganchadísimos, la serie que aguardábamos con absoluta expectación, la serie que comentábamos en los recreos,
la serie sobre la que intercambiábamos dibujos caseros. En mi pueblo nos los fotocopiábamos unos a otros, y existía un círculo selecto de dibujantes locales muy cotizados. Todos los niños del pueblo teníamos mas o menos los mismos dibujos y debo decir que uno de esos dibujos fue obra mía y no fue mas que una copia del siguiente cromo:
Uno de los mayores éxitos de mi vida es una burda copia de un cromo de una colección de super éxito ... lo raro es que nadie se diese cuenta.
Un artículo sobre cromos no estaría completo sin los de fútbol y no quiero extenderme mucho con éstos, ya que son un clásico que año tras año salen a la venta en kioskos, tiendas de prensa, chinos o donde demonios se compren los cromos ahora. Sólo quiero hacer hincapié en la evolución de los cánones de belleza en el deporte rey. Da mucha risa ver como eran antes y como son ahora los futbolistas, observad los cambios:
ATENCIÓN: Reflexión de abuelo cebolleta (podéis saltárosla): Seguro de Melendez ahora es médico; Higuita, ministro; Dertycia, psicólogo; Ivanov... me pareció verlo en un documental de ladrones del metro de Madrid. Lo que vengo a decir, es que antes, un futbolista tenía la necesidad de ser algo más ya que su carrera terminaba pronto y no se pagaban las fichas actuales, por lo que su aspecto no era su mayor preocupación. Los chavales de hoy en día, con la millonada que cobran, no tiene ni que saber leer, sus futuros están garantizados, por lo que preocupación es jugar e ir siempre perfectos.
Buenos amigos, no penséis que ya he expuesto todos mis vergonzosos recuerdos de la infancia ya que me quedan un montón de ellos que desvelar en próximas entregas.
Las colecciones nos hacían socializar con niños desconocidos, ansiábamos sus cromos y nos frustraba sobremanera cuando no nos querían cambiar los nuestros. Hacía que fuésemos ahorradores y contribuyésemos a impulsar la economía de este, nuestro gran país. Recordad, amigos, la emoción de abrir el paquete recién adquirido, poner los cromos muy junticos e ir pasándolo cuidadosamente uno a uno y descubrir los tesoros encontrados, los cromos que no tenemos. Ahora las colecciones son prohibitivas, rozando el euro cada paquete, así no hay quien coleccione y pasa lo mismo que con el cine o con la música, perdemos el interés o aprendemos a piratear.
No hay comentarios:
Publicar un comentario